El racismo latente y el antisemitismo descarado

Cada vez me sorprende más el racismo latente (y el antisemitismo descarado) que existe en Europa y, en especial, en España. No sé si este racismo es fruto de la ignorancia, la estupidez o la crueldad.

No consigo entender cómo la gente no se avergüenza de excluir continuamente al diferente. Expresiones como “Voy a comprar al chino“, “Voy a comprar al paqui” y “esta chica es negra” se oyen continuamente de la boca de gente que es racista tal vez sin saberlo. En el antisemitismo ya no voy ni a entrar, porque el mundo se ha vuelto loco: la gente es antisemita sin esconderlo siquiera. Imposible caer más bajo.

Cuando vamos a El Corte Inglés o a cualquier supermercado no decimos “Voy a comprar al español“; decimos “Voy a comprar al supermercado”. ¿Por qué entonces no decimos “Voy a comprar al bazar“, “Voy a comprar a la carnicería“, “Voy a comprar al colmado“, en lugar de decir “Voy a comprar al chino” o “Voy a comprar al paqui“? Porque España es un país racista y provinciano, que tiembla ante lo diferente y no aprende de las nuevas experiencias y las nuevas culturas. España “se defiende” patéticamente contra el inmigrante, en vez de enriquecerse.

Los hijos de todas las personas que trabajan en bazares, carnicerías y colmados en España son españoles porque han nacido y viven en España. ¿Qué deben pensar esos niños españoles cuando oyen a sus amigos y a los padres de sus amigos decir “Voy a comprar al chino” o “Voy a comprar al paqui“?

En Francia, el cosmopolitismo es más profundo. Hay una mezcla de culturas que trae una riqueza extrema al país. Sin embargo, aún se dice “Je vais acheter chez l’Arab” (“Voy a comprar al árabe”). En Holanda, donde toda la gente se siente muy holandesa, aún se dice “Ik ga bij het Turks kopen” (“Voy a comprar al turco”). Estas frases desvelan el racismo latente que existe en Europa. Y para qué hablar del antisemitismo. El antisemitismo es una enfermedad patológica en Francia y en Europa.

Cuando vivía en La Haya, tuvimos una avería en internet. Un chico de la compañía de teléfono vino a casa. Me preguntó de dónde era yo y le dije que de España. Yo entonces le pregunté de dónde era él, y me dijo, casi indignado, que era de Holanda, por supuesto. Entonces entendí que en Holanda todo el mundo es holandés.

Simone de Beauvoir, hablando de la mujer, sostiene en Le deuxième sexe que el hecho de ser humano es mucho más importante que las diferencias que distinguen a los seres humanos: “Le fait d’être un être humain est infiniment plus important que toutes les singularités qui distinguen les êtres humaines”. Esto va dirigido a los racistas y a los antisemitas. Porque el antisemitismo es un odio irracional mucho más complejo que el racismo. Un odio que se disfraza de moda. Imperdonable. Mil veces más peligroso que el racismo.

No excluyamos, no señalemos, no nos pongamos en ridículo. Aprendamos a hablar y aprendamos a aceptar. Démosle la espalda al racismo (latente) y al antisemitismo (descarado).

Cero tolerancia al racismo.

Y, sobre todo: cero, cero, cero tolerancia al antisemitismo.

Antonia Tejeda Barros, Madrid, 13 de junio de 2011

About Antonia Tejeda Barros

Mother of three, sister, wife, Holocaust researcher, Doctor in Philosophy (UNED, Madrid, cum laude), MA in Philosophy (UNED, cum laude), Bachelor of Arts (Early Music, Recorder and Pedagogy, Koninklijk Conservatorium, The Hague), fibromyalgia warrior, and Woody Allen fan
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