Nietzsche en 5 minutos

(Nietzsche por Munch, 1906)

Nietzsche: ¿ángel o demonio?

Nietzsche fue un filósofo fascinante, duro, cruel, genial, pura dinamita, que promulgó una filosofía explosiva (controvertida y criticable también) basada en el sí a la vida, la muerte de Dios y la transvaloración de los valores judeocristianos.

Nietzsche rompe con todo y lanza un ataque durísimo contra el cristianismo y la decadencia: el pecado, el sufrimiento, la moral de los débiles (un concepto controvertido), el no a la vida, el desprecio por la vida terrenal, por el cuerpo y por el poder, criticando el dualismo metafísico. Su filosofía, aunque controvertida, es un sí a la vida con mayúsculas, un grito vital, con toda su dureza, su dolor y su felicidad. Nietzsche ve la cultura desde la óptica del arte, y el arte desde la óptica de la vida. Michel Onfray (Antimanuel de philosophie, 2001) define a Nietzsche como un ateo y un anticristiano con una pasión desenfrenada por la vida más allá del bien y del mal. Paul Ricoeur llamó a Marx, Nietzsche y Freud “les maîtres du soupçon” –los maestros de la sospecha– (De l’interprétation. Essai sur Sigmund Freud, 1965): más allá de la razón se encuentran pulsiones más profundas: el materialismo dialéctico en Marx, la voluntad de poder en Nietzsche y el inconsciente en Freud.

Hay seis ideas primordiales en la filosofía de Nietzsche (todas ellas relacionadas entre sí): 1. la voluntad de poder; 2. el superhombre (Übermensch); 3. la muerte de Dios y la transvaloración de los valores; 4. la moral de los amos y la moral de los esclavos; 5. el eterno retorno; 6. la muerte del nihilismo.

1. La voluntad de poder es un impulso que no se detiene, que va siempre más allá. La voluntad de poder no es una fuerza en sí, sino una superación continua: la voluntad de poder es lo que se supera a sí mismo. El individuo lucha antes por poder que por felicidad. La voluntad de poder se opone a la voluntad de verdad: un juicio debe, ante todo, fomentar la vida (que sea verdadero o falso es secundario). La voluntad de poder se manifiesta en el cuerpo, los instintos, los deseos y las pasiones. No hay impulsos morales e inmorales, solamente una fuerza vital.

2. El Übermensch. Según Nietzsche, el ser humano es una cuerda entre el animal y el Übermensch: un ser que debe transformarse, superarse, elevarse hasta el Übermensch (la traducción de Übermensch vendría a ser “sobrehombre” o “ultrahombre”: un ser más allá del hombre). En el Übermensch todos los valores se han transfigurado. El Übermensch es un ser de un espíritu fuerte, con voluntad de poder, con una moral “aristocrática”; un ser que dice sí a la vida, sí al instinto, sí al arte; un ser no domando, un niño. En el Übermensch la fuerza dionisíaca brilla por excelencia: “Dioniso contra el crucificado” (final de Ecce Homo).

El artista es para Nietzche el Übermensch: en el arte se manifiestan los instintos (combatir los instintos es la fórmula de la decadencia). Para Ortega, la vida es un naufragio y el arte es la salvación (La rebelión de las masas, 1930); según Nietzsche, la obra de arte muestra la esencia del mundo. Nietzsche critica a los filósofos por haber creado un lenguaje antiartístico; el lenguaje debe de ser “poetizado”. La música compensa el efecto alienante que da el lenguaje común. El Übermensch es el más sabio, el artista, el filósofo. Para Nietzsche, el arte vale más que la verdad.

El Übermensch abraza la totalidad: la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, lo bueno y lo malo. El dolor y el placer son las fuerzas que hacen avanzar la humanidad. Lo importante, según Nietzsche, no es tener salud, sino aprovechar situaciones peligrosas y difíciles para fortalecerse. El ser dionisíaco acepta el sufrimiento para su fortalecimiento y superación. La enfermedad puede ser estimulante, pero hay que estar sano para recibirla. Los griegos no se liberaron de los aspectos crueles de la existencia, sino que los integraron. Los valores interiores del Übermensch son la libertad, el coraje, el autodominio, el respeto, la fuerza y el amor. El Übermensch es como un dios epicúreo: no se preocupa de los débiles ni quiere reinar sobre ellos.

Nietzsche propugna una separación muy controvertida entre el Übermensch y el ser débil. Un dato crucial para entender esta propuesta que fácilmente puede malinterpretarse es que para Nietzsche la “selección” es una “autoselección”: todos podemos llegar a ser Übermenschen. Depende de nosotros el devenir Übermenschen o el continuar siendo débiles.

3. La muerte de Dios y la transvaloración de los valores: Nietzsche mata a Dios (Die fröhliche Wissenschaft, 1882), y Also sprach Zarathustra (1883-85) y proclama una transvaloración de los valores judeocristianos: la afirmación dionisíaca de la vida frente a la negación judeocristiana de la vida, el honor al más fuerte frente al honor al más débil, la moral de los “amos” frente a la moral de los “esclavos”, los valores de “desigualdad” frente a los de “igualdad”.

El concepto nietzscheano de la desigualdad de los hombres es éticamente inaceptable, pero la crítica de Nietzsche al más allá es muy atrevida. El resentimiento busca a un dios imaginario. Con la muerte de Dios mueren también los valores cristianos. El cristiano es para Nietzsche “el animal doméstico, el animal de rebaño, el animal enfermo” (Der Antichrist, § 3). El cristiano, junto a sus valores decadentes, debe perecer, grita controvertidamente Nietzsche. Y Dios, ya raído y podrido, muere por sí solo.

4. La moral de los “amos” y la moral de los “esclavos”: Nietzsche defiende una moral de los amos (o señores), en oposición a la moral de los esclavos (la moral cristiana). Según Zur Genealogie der Moral (1887), hay que recurrir a la etimología para explicar la diferencia entre el ser “vulgar” y el ser “aristocrático”. “Malo” significó originariamente “simple” (el hombre vulgar y bajo, el esclavo); “bueno” significó originariamente “superior” (el hombre noble y poderoso, el amo). Zur Genealogie der Moral es uno de los libros más duros y controvertidos de Nietzsche.

Nietzsche desprecia el socialismo y el anarquismo: la libertad se pierde en lo colectivo. Nietzsche también critica el trabajo (el trabajo desgasta la fuerza nerviosa y destruye la fuerza de la reflexión y la meditación). El noble oculta su trabajo; el esclavo trabaja humillado. Nietzsche está fuertemente en contra de la emancipación de la mujer y ridiculiza la igualdad de derechos de la mujer, cosa deplorable. Pero, por encima de todo, Nietzsche critica el nacionalismo: “Los alemanes tienen sobre su conciencia esa enfermedad y esa sinrazón, la más contraria a la cultura que existe, el nacionalismo, esa neurosis nacional de la que está enferma Europa” (Zur Genealogie der Moral). 

5. El eterno retorno es la idea de que todo lo que se vive se ha vivido y se vivirá de modo idéntico: la vida se repite ad infinitum. El tiempo no es lineal, sino cíclico. La idea del eterno retorno aparece tímidamente en Also sprach Zarathustra, Ecce homo, Die fröhliche Wissenschaft y en un fragmento inédito). El eterno retorno es una afirmación de la vida: el Übermensch es lo suficientemente fuerte e inteligente para llevar a cabo una acción que se repetirá por toda la eternidad. Nietzsche muestra aquí su filosofía existencialista. El eterno retorno es un grito para transformar la cultura que podría resumirse en: no a la metafísica, no al cristianismo, sí al eterno retorno.

6. La muerte del nihilismo: según Nietzsche, nihilista es la interpretación cristiana del mundo, porque niega los auténticos valores. Pero el nihilismo de los espíritus fuertes vence al nihilismo débil. La cultura reprime con violencia para adiestrar al ser humano: el adiestramiento es debilidad. El europeo es el ser domesticado.

Antes que Freud (Das Unbehagen in der Kultur, 1930), Nietzsche identificó el malestar de la civilización con la cultura: Europa es la cultura de la compasión, de la enfermedad, de la debilidad y de la decadencia. La compasión es deprimente, sostiene Nietzsche controvertidamente. El que compadece no comprende que el sufrimiento es necesario. La compasión es la práctica fundamental del nihilismo. La risa es mejor consuelo que la compasión. Nietzsche critica a Rousseau (para quien la compasión es la virtud principal del hombre bueno) y a Schopenhauer (para quien la compasión es el fundamento de la moral). El nihilismo es una enfermedad terminal (así pues, no hay que hacer nada, solamente esperar a que se autodestruya).

Nietzsche fue un filósofo explosivo que ha influido y sigue influyendo enormemente en filósofos, artistas, escritores, músicos, políticos y pensadores de los siglos XX y XXI (Heidegger, Ortega, Sartre, Onfray). Su lectura siempre requiere una relectura. Según Onfray (Soyez vaches. Nietzsche, une vie philosophique, artículo publicado en Le Point el 28 de julio de 2011), hay que leer a Nietzsche con un ojo de artista (“Il faut un oeil d’artiste pour lire la pensée de ce philosophe-artiste“). Su obra es genial, dura, reveladora, controvertida y criticable también, y nos invita a reflexionar sobre valores que parecían indestructibles.

Antonia Tejeda Barros, Madrid, 28 de septiembre de 2011

5 Responses to Nietzsche en 5 minutos

  1. UGO says:

    GRACIAS POR EL TEXTO…. LOGRASTE UNA SINTESIS CLARISIMA… Y FACIL DE ENTENDER
    …. UGO, DESDE BUENOS AIRES

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  2. Ángel Cáman says:

    Gracias me encanto Soy de Lima ,Perú

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